¡Cayó La Gran Babilonia!

Profecías Numéricas que Identifican a la "Ramera"



Aquí
es donde se
requiere inteligencia, tener sabiduría. Las siete cabezas
son las siete colinas sobre las que se asienta la mujer
(Ap.17, 9).

Sabiduría
es vivir en la Verdad que Dios nos ha dado,
en la Verdad
del Evangelio sellado con la sangre preciosísima de Jesús.
Sabiduría es diferenciar lo que viene de Dios y lo que no viene
Dios, la
Verdad
de Dios y las verdades de los hombres (aún cuando éstas sean
muy bien intencionadas).
Sabiduría es
preguntarnos a quién estamos siguiendo, es optar por seguir
a Cristo que es el único Camino de la salvación, y a nadie
más.
Las siete colinas
sobre las que se asienta la mujer,
aunque en lo natural sean también las siete colinas de Roma,
simbolizan a los siete
reyes que se nombraron en el versículo tres: (las
siete cabezas y los diez cuernos que tenía
la Bestia). Todo lo que podamos percibir
desde nuestros sentidos, lo ha puesto Dios para que podamos
conocer y acercarnos a la visión espiritual preludio de una
Vida nueva, de la gloria que Dios nos tiene preparada.
Las siete colinas, los siete
reyes, es lo que se explica a continuación, una lucha de
carácter espiritual:
Son
también siete reyes: cinco han caído, Uno Es, y el otro no
ha llegado aún. Y cuando llegue, habrá de durar poco tiempo
(Ap.17, 10).
De estos siete reyes
se dice que:
Cinco han caído.
Ésta es la jerarquía eclesial que simboliza
las estructuras, construcciones y organizaciones
hechas por los hombres también en las demás iglesias.* Y con
este fin, señala a éstos:
1)
Papas
2) Cardenales
3) Arzobispos
4) Obispos
5) Sacerdotes
6) Uno
Es. Se refiere a Dios, que siempre ha estado en medio de
ella. El apóstol Juan vio
“Uno sentado en el Trono”
(Ap.1,2).
(En la explicación del versículo once se verá más claro
esto).
7) Y el otro no ha
llegado aún. Quiere decir que cuando se haya hecho
la Luz y haya caído lo que ella había sido,
las construcciones que sostienen sus verdades, que se fue
suscitando a través de los tiempos, se tratará de que
alguien sirva de mediador, como referencia para guiar el
cambio. Pero cuando
llegue habrá de
durar poco tiempo. (Es lo que está predicho, lo ha dicho
el Señor). Al hacerse la Luz desaparecen las tinieblas.
Y toma las riendas de su pueblo, de su Iglesia, Cristo, el
Único Pastor. Él reúne a la
“Nueva Jerusalén”.
Aunque además de
estos cinco que han caído,
haya también diáconos, aquí no están nombrados entre los que
caen. Es la misión que ha de continuar, ya que está al
servicio de la Iglesia y no ejerce
autoridad. Porque nadie ha de ser llamado Padre, ni Maestro,
ni Director nuestro, sino Dios, porque todos nosotros somos
hermanos
(Mt.23,8-11).
Esto se nos dice en los evangelios. Y es lo que Jesús vuelve
a decir cuando contemplando el templo predice que llegaría
un día en el que no quedará piedra sobre piedra que no sea
derribada
(Lc.21,6).
Esto se refiere a que en su Iglesia ningún hombre dominará
ni estará ya sobre otro hombre, sino que aquél
que en verdad sea templo, será completamente libre,
será una piedra viva.
La Iglesia
que Dios nos está reclamando es la Iglesia en la que todos
somos hermanos y nuestro Señor Jesucristo el único Pastor
(Jn.10,16),
el único sacerdote
como se explica ampliamente varias veces a través de
la carta a los hebreos
(Hb.5,6).
Él
quiere que seamos uno en Él
(Jn.17,21-23),
como profetizó aquél sumo sacerdote cuando dijo que Jesús
había venido a reunir en uno, a todos los hijos de Dios
(Jn.11,52).
Todavía quedan más datos sobre la clave de esta profecía
numérica que se nos ha revelado:
Y la Bestia, que era y ya no es,
hace el octavo, pero es uno de los siete; y camina hacia su
destrucción
(Ap.17, 11).
8)
¿Por qué se dice que hace el octavo pero es uno de los siete? Porque el
Uno Es, Cristo, no
está dentro de esta escala humana. Él está por encima de
todo y de todos. Pero a pesar de los errores que se han dado
en las iglesias por la influencia de la “Ramera”, siempre
Dios ha estado ahí y ha derramado su inmensa Luz para que
muchos puedan ver
la Verdad
y salvarse. Por esto, porque Dios no pertenece a esta escala
humana, ésta que hace
el octavo, es uno de
los siete.
Después de aclarados estos signos, se distingue mejor que
sean siete reyes:
1)
Papas
2)
Cardenales
3)
Arzobispos
4)
Obispos
5)
Sacerdotes
6)
El que no ha llegado aún,
y que habrá de durar poco tiempo (el mediador del cambio).
7)
La Bestia
que surge del abismo. La parte de ella que no ve su caída
como obra del Señor y querrá
sostenerse.
Este es el tiempo que
señala el versículo ocho sobre la Bestia
que era y ya no
es pero que reaparecerá. Es “la Bestia que surge del
abismo”. Por eso se dice aquí que
camina hacia su
destrucción, porque no estará aún destruida sino que una
parte de ella lucha por perpetuarse. Al fin,
desaparecerán “sus verdades”. Y quedará
la Iglesia
de Dios, el pueblo de Dios, como Él quiere.
Veremos que
la destrucción de
la “Ramera” no será tan fácil. Muchos seguirán aferrados a
su pasado, y lucharán por resurgir a la Ramera
para que reaparezca, como se dijo también en el versículo
ocho. Ahora se aclara que serán liderados por estos
diez reyes, los diez
cuernos de esta visión de la
otra Bestia, que
el ángel sigue detallando y que se explica a continuación.




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